MUSIC PLANNER: ASESORAR & GESTIONAR

Parece asentado que te puedes dejar asesorar sobre las especialidades culinarias en un restaurante, sobre el vestido de novia en un atelier o sobre el destino ideal para la luna de miel en una agencia de viajes. Pero no para la música que mejor encaje en tu gran día. ¿Por qué ocurre esto?

 

Creo sinceramente que, para que en España se empiece a dar a los músicos el valor que merecen tantos años de dedicación, hay que empezar por mirarnos a nosotros mismos. Porque, para que te valoren los demás, primero te tienes que valorar tú mismo, dignificando tu trabajo. Porque, fuera de los conservatorios y las escuelas de música (es decir, fuera de la docencia), los músicos también pueden aportar “valor añadido” a la sociedad. Y es que… hace ya mucho tiempo que dejaron de existir los juglares.

Foto realizada durante el Taller para novios impartido en el Espacio Ma Vie Romantique

 

 

Es así, con esta idea, que empecé a gestar el concepto de music planner.

 

Un concepto que, además de reivindicar el trabajo del músico a través de la gestión de los profesionales, cubre una necesidad que el cliente tiene. Es, en otras palabras, la consecuencia de valorar la música, pues el profesional del mundo de la música sabe cosas que el cliente no sabe, y al que hay que transmitirle, como hace el chef en el restaurante, la diseñadora en el atelier o el comercial en la agencia de viajes.

 

Si en un evento privado o corporativo es criticable que un trabajador pueda ir sin altas ni seguros sociales, también lo debe ser para un músico, pues si hay música en directo, se trabaja con el cuerpo. Y si tiene un accidente, es probable que tenga que dejar de tocar durante una larga temporada, que su instrumento (carísimo) sufra algún daño o, aún peor, que dañe a alguna otra persona y el seguro reclame responsables.

 

Pero, volviendo al concepto de music planner, si el día de tu boda buscas que todo salga perfecto, lo suyo es contratar “profesionales” del sector, que se dediquen a ello de manera profesional, es decir, con contratos, altas en la seguridad social y los seguros exigidos para este tipo de trabajos.

 

A todo esto se une que, igual que una wedding planner disfruta creando los distintos ambientes de una boda o acompañando a los proveedores a las distintas reuniones, también se puede disfrutar la gestión de intermediación entre cliente y músico o jugar con la imaginación y creatividad para dar con la idea que ronda en tu cabeza.

 

En la labor de music planner se parte siempre de la base de un equipo de buenos profesionales (con formación y experiencia), a lo que se añaden la coordinación entre ellos para que conozcan todos los detalles de la boda, el contacto directo y personal con los clientes, y, en su caso, las reuniones (físicas u online) para asesorar y ayudar en la elección de la agrupación y estilo de música (ver otras entradas al blog).

 

En conclusión, la música no es tan distinta a otras actividades, y también es importante un buen asesoramiento para que se hagan las cosas bien y que nada salga mal. Si un evento es único y especial, no se debe dejar nada al azar.

 

 

 

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