A diferencia de una ceremonia religiosa, casi nunca suele haber limitaciones en una ceremonia civil. Si acaso, los Ayuntamientos, por tema de protocolo, sí puede estar más controlado, pero por lo general podemos poner la música que queramos.
Dicho esto, cuidado: esta libertad también puede ir en nuestra contra si no nos ponemos a nosotros mismos limitaciones. Es importante crear una “conexión” entre la música y el guión, y para ello debemos elegir con sentido y significado.
Pensad que ponerle a un momento “demasiada música” puede saturar y hacer que una ceremonia parezca un concierto, o elegir una canción que no pegue con su momento puede hacer que esté fuera de contexto y “reste” en lugar de “sumar”.
Seguro que alguna vez habéis estado en alguna fiesta o discoteca, donde de repente ha sonado esa canción que “no pegaba nada”. Pues lo mismo puede pasar en una ceremonia.
Personalmente, siempre recomiendo que sea la música la que se adapte al guión y, aunque ya es cuestión de gustos, suele quedar mejor poner música de fondo que crear pequeños interludios musicales (por eso de que el protagonismo no sea de la música).
¿Cómo elegir la música en una ceremonia civil?
El estilo o estilos musicales que elijamos será, por tanto, el que queramos, pero irá siempre en función de la agrupación que hayamos contratado, que será, o debería ser, el que más se adapte a las canciones que nos gustan.
Si contratamos instrumentos clásicos como, por ejemplo, el tradicional dúo instrumental de violín y piano, la ceremonia estará más orientada hacia el estilo clásico, canciones actuales o bandas sonoras.
Por otro lado, si queremos que haya canciones cantadas en nuestra boda, lo mínimo será contar con una voz y un instrumento que le acompañe como puede ser un piano o un ukelele o guitarra, y con este último instrumento existe la opción del estilo flamenquito, para lo que recomiendo contar de antemano con una buena agrupación con, al menos, cantante, guitarra y cajón, para asegurar una buena calidad musical.
Antes de hablar de las partes, conviene recalcar la importancia de asignar bien las canciones a cada momento, y para ello un par de consejos.
Si estamos en un momento emotivo, en el que hay personas leyendo, o los propios novios en sus votos, será más apropiado acompañarlo con algo que cree un ambiente emotivo, de estilo tranquilo, como por ejemplo, Nuvole Bianche de Ludovico Einaudi, antes que poner una canción que destaque o llame demasiado la atención, como por ejemplo, Viva la Vida de Coldplay, que quizá sea más apropiada para un momento más festivo, como puede ser la salida de los novios.
Otro consejo que debemos añadir es el de evitar poner música vocal y con letra en las lecturas o durante el casamiento. Dos personas diciendo cosas a la vez no ayuda a que los invitados se centren en la ceremonia.
¿Dónde podemos poner música en la ceremonia civil?
En el caso de la ceremonia civil, siempre recomiendo tener como base el propio guión de la ceremonia. El oficiante será el encargado de dirigir la ceremonia y dotarle emoción a cada momento (para ello, a veces, son incluso los propios familiares o amigos de los novios quienes ofician) así como el responsable de cuadrar bien tiempos para que la ceremonia fluya.
El guión lo redacta el propio oficiante (Concejal, Alcalde, maestro de ceremonias, amigos…) y nos va a determinar las partes donde podemos poner o no música, y además nos facilitará la elección la música que más se adapte a cada momento.
Generalmente este guión es personalizable, en cuanto a los momentos que queramos que aparezcan en él: si queremos poner 2, 3, 4 o más lecturas, el momento de ceremonia de la luz, del vino, de la arena (hay infinidad), si queremos o no leernos votos, qué texto decir a la hora del casamiento…
Una ceremonia civil suele tener las siguientes partes:
- Entrada de invitados: nunca debéis olvidaros de las personas que os acompañan en vuestro gran día, y como en cualquier espera, si es con música, mejor.
- Entrada de los novios: aquí hay varias opciones. Podemos elegir entrar por separado o juntos. De cualquier modo, en este momento es donde va esa canción especial que no puede faltar en nuestra ceremonia.
- Lectura de los invitados: la música de fondo suele acompañar mejor que si se pone a modo de interludio musical entre las lecturas, pues corremos el riesgo (si hay muchas) de alargar demasiado la ceremonia. En este caso, lo mejor es poner música instrumental, es decir, sin letra, para que el protagonismo sea de las palabras de la persona que lee, y que la música se limite a acompañar y dar mayor emoción a cada lectura.
- Lectura de los artículos: Cuando la ceremonia coincide con el matrimonio, es decir, si os casáis el mismo día y no previamente, se leen los artículos obligados por ley en las ceremonias, los cuales por protocolo deben de ir sin música.
- Casamiento, anillos, arras, votos: Esta es la parte más variable de las ceremonias, pues se suele personalizar según el gusto de cada uno. Puede haber momento de casamiento y anillos, añadir a esta parte los votos o, incluso, un intercambio de arras a modo de guiño de ceremonia religiosa. Sea como sea, siempre aconsejo música de fondo, para crear ambientes distintos, en función de las partes que se elijan hacer.
- Firmas de actas matrimoniales: generalmente, el final de la ceremonia es el momento de las firmas. El número de firmantes varía mucho de una ceremonia a otra, pues se puede dar que únicamente firmen los novios o que firmen también los testigos de cada una de las partes contrayentes. De igual forma, este momento si es con música, mejor que mejor.
- “Paseillo” de los novios: Cuidado aquí, porque si queréis tener una salida triunfal con música por todo lo alto, es importante que se avise a los invitados para que éstos no se muevan de sus sitios durante las firmas (sobre todo si son muchas) y os acompañen tirando pétalos y arroz mientras suena esa canción que pondrá punto y final a la ceremonia. Os aconsejo no perderos por nada del mundo este momento.